Oh cuanta gracia halle en tu mirada,
cuanto amor por ti oh Cristo mío,
haces sentir a mí de madrugada,
de noche y de día calor o frio.
Oh cuanta es tu bondad que me preparas,
para sentir tu amor todos los días,
entonces con sigilo me deparas,
segura protección he inmensas alegrías.
CORO
Deja sentir tu amor oh Cristo mío,
como el apóstol Juan junto a tu pecho,
y dejas que tu amor sea como un rio,
que inunda mis entrañas con provecho.
Dejas sentir tu amor que me alimenta,
mi mente y corazón que son testigos,
deja sentir tu aliento que me alienta,
cuando en mi oración yo hablo contigo.
Y cuando por mis luchas y mis penas,
yo ya no quiero andar por tu sendero,
con prontitud y amor desencadenas,
virtudes para mí, Dios verdadero.
Y me dejas sentir tu amor oh Cristo mío,
como el apóstol Juan junto a tu pecho,
y dejas que tu amor sea como un rio,
que inunda mis entrañas con provecho.
Dejas sentir tu amor que me alimenta,
mi mente y corazón que son testigos,
deja sentir tu aliento que me alienta,
cuando en mi oración yo hablo contigo.
Deja sentir tu amor oh Cristo mío,
como el apóstol Juan junto a tu pecho,
y dejas que tu amor sea como un rio,
que inunda mis entrañas con provecho.
Oh cuanta es tu bondad que me preparas,
para sentir tu amor todos los días,
entonces con sigilo me deparas,
segura protección he inmensas alegrías.
A ti mi gratitud oh Cristo amado,
por tus bondades y por tu ternura,
que nada de tu amor me haya apartado,
tu amor y tu bondad fueron de altura.
Entonces surgen cantos de victoria,
Señor Jesús Dios todo poderoso,
grandes y maravillosas son tus obras,
Jesucristo solo en ti soy victorioso.
Y me dejas sentir tu amor oh Cristo mio,
como el apóstol Juan junto a tu pecho,
y dejas que tu amor sea como un rio,
que inunda mis entrañas con provecho.
Dejas sentir tu amor que me alimenta,
mi mente y corazón que son testigos,
deja sentir tu aliento que me alienta,
cuando en mi oración yo hablo contigo.